20 abril 2016

Fundación Cepa González Díez - Vegaquemada

El acta fundacional de la Fundación Cepa González Díez se firmó ante notario en León el 10 de abril de 2013. Con sede en Vegaquemada, como no podía ser de otra forma, Cesáreo y Pablo González aportaron como capital tres millones en efectivo que se ingresaron en la oficina del Banco Santander de Ordoño y 600.000 acciones de la misma entidad. En total, más de seis millones de euros para un destino tan loable como «actividades de carácter existencial, cultural, educativo y social». Las primera ya se han puesto en marcha, una residencia de ancianos y un complejo deportivo en Vegaquemada, así como 80.000 euros para pagar la matrícula a alumnos de la Universidad de León con escasos recursos.
Ambos son sobrinos de Don Pablo, el gran benefactor leonés, hijos de su hermana Eutiquia, y figuran en la lista de los más millonarios de México. Gran parte de su fortuna salió del Grupo Modelo, la de la cerveza Coronita.El amor por su pueblo se ha evidenciado en múltiples actividades, como las del resto de su familia. México fue su destino, pero nunca han olvidado sus raíces. Ninguno de los dos, ni Cesáreo ni Pablo, tienen una gran presencia pública, pero su nombre aparece en múltiples proyectos. Ahora dan un paso más. Siempre con la palabra Vegaquemada, y ahora también León.
La Fundación Cepa González Díez, creada por descendientes de quien erigió el Grupo Modelo en México, negocia la compra de la Casona de los Pérez, actual sede de la Fundación Carriegos. La discreta operación no está siendo del todo fácil por las cargas derivadas del inmueble, una casa joya situada en Suero de Quiñones comercializada a través de Solvia por parte de la Sareb. Sin embargo, la entidad fundacional creada por los hermanos Cesáreo y Pablo González Díez quiere tener cerrada la compra este mismo mes para garantizar el precio de 680.700 euros fijados por la inmobiliaria, una ganga si se tiene en cuenta que se trata de una casa-museo de unos 500 metros cuadrados diseñada por el arquitecto Cárdenas a principios del siglo XX y construida con materiales nobles por el carpintero Miguel Pérez para vivienda propia.
Cepa González Díez, con sede actual en la localidad montañesa de Vegaquemada, de donde procede la saga, tiene intención de trasladar al edificio de León capital su actividad social para dar visibilidad a la fundación y mantener también el carácter cultural que ha dado Carriegos a la singular edificación, según se desprende de las intenciones declaradas a este periódico por parte del vicepresidente de la fundación Cepa, el abogado leonés Juan José Mansilla.Además de trasladar la función social, la fundación pretende a medio plazo utilizar la Casona de los Pérez como Museo de la Emigración, una idea similiar al Archivo de Indianos de Asturias que recaba diversa información sobre los emigrantes españoles.         Extractado de Diario de León

06 abril 2016

Crisis láctea. El futuro de la comarca

Catorce de los 19 ganaderos de leche de vacuno de la montaña leonesa a los que la cooperativa Cea-Esla ha dejado de recoger la leche aún no han encontrado comprador para los 7.000 litros diarios que producen sus explotaciones. Por ello, los sindicatos agrarios y los afectados decidieron, en una reunión celebrada ayer en la Cámara Agraria Provincial, que hoy tirarán centenares de litros ante las puertas de la Delegación Territorial de la Junta, en una movilización prevista a las 12 del mediodía. Los organizadores barajan repetir a diario la medida de protesta hasta encontrar una solución para estos productores que, de no encontrar comprador —y a un buen precio—, se verán forzados a cerrar sus explotaciones.
Las queserías Picos de Europa y Piedra de los Mártires son los que se han hecho cargo de recoger el producto a los cuatro ganaderos que han salvado la situación, con contratos de tres meses y con un precio de entre 22 y 23 céntimos por litro, sustancialmente por debajo de lo que paga actualmente la industria en la provincia que oscila entre los 32 y los 28 céntimos.
Las explotaciones que aún no han encontrado comprador se encuentran en Reyero, Huergas de Gordón, Candanedo de Fenar, Barrillos de Curueño, Gallegos de Curueño y Taranilla, mientras que las ubicadas en Lugán, La Losilla y Villahibiera han aceptado la oferta de las queserías de la montaña oriental.
La leche que se produce en estas zonas de la montaña leonesa es de buena calidad, pero se trata de ganaderos con explotaciones muy dispersas, algo que «dificulta la recogida» y sólo se podrá mantener esta ganadería de leche si hay «estructura productiva» en la montaña y que, de lo contrario, dichas explotaciones se verán obligadas a desaparecer pues son ganaderos que  «no tienen otra actividad productiva a la que dedicarse. Llevan más de 45 años en el sector, y ninguno de los afectados contempla la posibilidad de abandonar la actividad».
  Información extractada de Diario de León y fotogragía de La Nueva Crónica de León

04 abril 2016

Adrienne Calderón, de Lugán?

En un Diario de León atrasado leemos una noticia sobre una leonesa, Adrienne Calderón, de Lugán, que estuvo en los campos de concentración nazis. ¿Alguien puede aportar algún dato suyo?

Más de 400 mujeres españolas padecieron la tortura inimaginable de Ravensbrück, el campo de concentración más perverso de la II Guerra Mundial. Hubo dos leonesas; de Adrienne Calderón, originaria de Lugán, no queda ni rastro desde 1945; de Ángela Cabeza, nacida en la Cepeda, ha trascendido una escalofriante historia, que su hija relata hoy desde una pequeña comuna francesa.


La puerta se abría directamente hacia la plaza del campo, donde seguía la avenida desde la que se hacían las llamadas. En un gran edificio estaban las duchas, la cocina, los despachos del jefe de seguridad y los vigilantes, los calabozos y, bien visible, la chimenea de un gigantesco horno crematorio. En un estrecho pasillo con las paredes salpicadas de sangre se construyó más tarde la cámara de gas. Así era Ravensbrück, el campo de exterminio más grande de Alemania levantado especialmente para mujeres. Se encontraba a unos 90 kilómetros de Berlín, en un lugar pantanoso. Allí se hicieron experimentos médicos, se prostituyó a miles de mujeres y también miles de ellas fueron fusiladas, ahorcadas, gaseadas o tuvieron que trabajar hasta la muerte.
Se calcula que entre 1939 y 1945 pasaron por Ravensbrück y sus campos satélites más de 132.000 prisioneros, entre mujeres, hombres y niños de 40 nacionalidades diferentes. 40.000 de ellas sobrevivieron a aquel infierno, pero el impacto físico y psicológico que padecieron durante años provocó una actitud de mutismo y omisión. «Ella nunca nos contó mucho acerca de su deportación. Sabemos que con sus camaradas fue inefable; las mujeres debían soportar la vida, una vida que les habían arrebatado, pero que vencieron con empeño, fraternidad y solidaridad. Y aunque fue duro, muy duro, estas mujeres resistieron», relata Marie-France Cabeza-Marnet, hija de Ángela Cabeza Rodríguez, leonesa que salió con vida de aquel sufrimiento inimaginable. Originaria de Magaz de Cepeda, sobrevivió al holocausto, pero jamás contó nada a los suyos y les prohibió visitar el campo, recuerda la mayor de sus tres hijos. El segundo nombre de mujer leonesa registrado en los archivos de Ravensbrück —este impronunciable nombre significa en alemán ‘puente de los cuervos’— es el de Adrienne Calderón, según los datos del censo lanzado recientemente por el Ministerio de Justicia, nacida en Lugán el 10 de julio de 1913. De ella no existe ni rastro. En los papeles de la resistencia francesa a los que ha tenido acceso este periódico, el nacimiento de Adrienne —en el exilio era habitual afrancesar el nombre o cambiarlo para evitar represalias a los familiares en España— figura en Perpignan, por lo que su caso abre muchas incógnitas. De Adrienne, que actualmente tendría 99 años, sólo se sabe que entró en el campo de concentración en 1945 y después fue deportada a Helmbrechts, comando principalmente de mujeres, situado en Baviera, que trabajaba para la planta de tejidos Josef Witt, para después ser trasladada a Holleischen, donde las mujeres detenidas trabajaban para la firma de municiones Skoda.